Música y sanación


Parrafos sanadores del libro "Música Infinita" de Javier Aguilar:

"La música debería ser como un puente. Nos subimos a ella en un estado interno, y nos bajamos de ella en otro estado más elevado. Lo importante es que primero ella se sintonice con nuestro sentir actual y que luego nos vaya haciendo vibrar y vibrar en una frecuencia más alta. De esta forma nos ayuda a hacer fluir nuestra energía interna para no ahogarnos en las aguas estancadas de nuestros conceptos. La música está dirigida en gran parte a nuestras emociones, pero es importante estar atentos a que su verdadera función es llevarnos a la conciencia de un estado que está más allá de ellas. Un reino de infinita energía sin formas. En los talleres de experiencias musicales que organizo recomiendo a los participantes a hacer cualquier sonido sólo desde el impulso real. Desde la precisa emoción que están teniendo, sea la que sea. Si empezamos a hacer sonidos con la voz desde un malestar que tenemos en cualquier lugar del cuerpo, podemos llegar a aliviar y hasta curar este malestar, dependiendo de la profundidad que tenga éste. Hacer música desde una emoción real produce la apertura de continuas puertas en nosotros. Una emoción vivida al 100% desaparece y se convierte en bienestar o dicha. Ninguna emoción perdura si la vivimos completamente."

¿Por qué nos gusta tanto la música? ¿Por qué nos genera ese encanto y magnetismo?  Si vamos a una reunión social en donde hay muchas personas dentro de un mismo ambiente, en general las vamos a ver en pequeños grupitos aislados hablando y “comunicándose” verbalmente. En cambio si las mismas personas están escuchando música o bailando, comienzan a relacionarse de una forma totalmente distinta. Habrá una integración entre ellas, sobre todo si están en un baile auténtico y sentido. Habrá un lazo energético que los convierte en una UNIDAD. Habrá una comunicación que trasciende las palabras, las razones y las ideas. Cuando hay música sucediendo en vivo, y sobre todo si es música del corazón y con pasión, este fenómeno es aún mayor. En los conciertos o tertulias en los que los oyentes participan y son parte de la música se genera una onda de amor y energía increíbles!!!  Esta es una clara demostración de lo que estamos descubriendo!!! Este tipo de comunicación genera alegría, dicha y gozo. Es una comunicación energizante! Ya sabemos como es la comunicación con palabras, sobre todo cuando estamos muy aferrados a querer tener razón con ellas


Siempre que nos quejamos que algo falta en nuestra vida no nos damos cuenta de que somos nosotros los que faltamos. Es nuestra melodía la que no suena cuando algo parece estar mal. El mundo funciona como un efecto en cadena. Si el sonido de nuestra trompeta se despierta vigorosa, todas las trompetas a nuestro alrededor comenzarán a sonar armónicamente con nosotros. Es cuestión de determinación y constancia. Usamos la loca y errada idea de que no hacemos sonar nuestra trompeta porque las de nuestros vecinos tampoco suenan. Todos nos escudamos en esta idea. Pero el Universo funciona en círculos concéntricos que salen desde nuestro centro. Si yo emito sólo ruido desde mi alma, mi realidad cotidiana será ruidosa. Si en cambio redescubro la realidad musical del Universo y me dejo llevar por el sonido y la vibración, todo comenzará a colorearse en mi derredor con mi música. No se trata de hacer un trompetazo al aire de vez en cuando y conformarme con esto. Se trata de entrar en un continuo de energía, de dejarse tomar por la marcha de los tambores en una onda mágica llena de fuerza y belleza. Para dejarse tomar por ésta, se requiere determinación y constancia como dije hace un instante, ya que contínuamente mi sonido se apagará por ataques de culpa y de miedo. Esto es inevitable en los comienzos. Pero si retomo cada vez que me sucede, si continúo practicando mi melodía una y otra vez, lograré una transformación tal en mi conciencia en la que nada podrá apagar mi sonido. Entrando en esta experiencia descubriremos que éste es nuestro estado natural de ser. ENERGÍA!!! BIBRACIÓN!!! LUZ!!! Los supuestos “ataques” hacia nuestra sonoridad que vemos en nuestro entorno, no son más que nuevo combustible que nos da la fuerza y el vigor para lograr un sonido cristalino y totalmente despierto.


Desde la perspectiva de la cima de la montaña, la música realmente es un lenguaje, y éste sólo expresa la gloria del corazón, la gloria del Ser y del momento presente. No tiene nada que ver con el lenguaje actual en el que pretendemos expresar pensamientos e ideas, queriendo convencer a los demás de ellas, o queriendo defender o controlar, o hablando porque sí, porque es nuestra frenética costumbre. Cuando ya no queda nada por decir desde nuestros razonamientos y desde nuestro control comienza a hablar la voz del corazón, y cuando ella lo hace deja flores flotando en el aire. La musicalidad y la paz son las características de sus movimientos amorosos. La simple contundencia su poder. El corazón tiene infinitas formas de expresarse y todas son certeras, por que en el fondo todas dicen: – Te amo. Es lo único real que el Universo está diciendo todo el tiempo. Las danzas de estrellas y cometas en el cielo están diciendo: –Te amo. Las montañas y los océanos sólo dicen: –Te amo. El paraíso está continuamente entre nosotros, sólo que lo tapamos con fronteras de pensamientos y edificios de palabras. Debemos deshacerlos para descubrir nuestra verdadera casa. 




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